El Gobierno dejará de cobrar comisión a la Generalitat por el dinero que le presta

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Jueves, 18 de diciembre de 2014

El Consell reclama al Estado que compre la deuda, de unos 8.000 millones, del plan de pago a proveedores a los bancos prestatarios y la refinancie a menor tipo de interés para la Comunitat Valenciana - La Conselleria de Hacienda no descarta una quita a medio plazo.

j. garcía gómez/f. arabí | valencia El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, adelantó ayer que la Generalitat, al igual que el resto de las comunidades, recibirá un regalo de Navidad en las últimas pascuas antes de las elecciones autonómicas de mayo. El Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) se reunirá la semana que viene para aprobar nuevas medidas de financiación que, de entrada, suponen aligerar la carga de la deuda de Consell.

El Gobierno dejará de cobrar comisión por intermediar en los préstamos del llamado Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), de tal forma que la Generalitat pagará solamente el interés que cobra el grupo de bancos que actúan como prestatarios al Estado, intermediario de los créditos, pero ningún diferencial ni comisión añadida al Gobierno, como sucede ahora. La medida se aplicará a las comunidades del FLA pero también al resto, según el ministro Cristóbal Montoro. En julio pasado, de forma excepcional, el Gobierno aprobó aplicar el tipo de un 1% al FLA de las comunidades autónomas, medida que se agotará el 31 de diciembre de 2015. Anteriormente, los intereses alcanzaban incluso el 5%.

A partir del 1 de enero de 2016, se producirá una «mutualización de la deuda». El endeudamiento de la Generalitat pasará a ser deuda del Estado y el Consell pagará lo mismo que éste para poder financiarse. Las comunidades se endeudarán en las condiciones del Tesoro Público, con todas las «ventajas» que supone, según garantizó ayer el ministro Montoro. En las últimas colocaciones de deuda pública estatal el tipo de interés se ha situado en el 1,8% a diez años.

Plan de pago a proveedores
Además de esta inyección financiera, el Consell de Alberto Fabra pedirá al Gobierno que asuma también carga de intereses del plan de pago a proveedores. En 10 años, representa unos 1.300 millones de euros en intereses. Por el dinero que llegó en el primer tramo (los 4.214 millones de 2012), se pagaron los créditos al euríbor más el 3,85%, mientras que en el segundo tramo (69,8 millones complementarios) se abonó como tipo de interés el euríbor más el 3,95%. En 2013, el tipo de interés fue fijo al 3,34%.

El Consell ha solicitado al Ministerio de Hacienda que compre la deuda del plan de pago a proveedores al «pool» bancario prestatario y la refinancie en condiciones más favorables para las comunidades autónomas. La deuda de la Generalitat con cargo a esos programas de auxilio financiero se sitúa en torno a los 8.000 millones de euros.

«Hay camino y espacio para reducir la carga financiera que soporta la Generalitat por el FLA y el plan de pago a proveedores», subrayó un portavoz de la Conselleria de Hacienda. Así, el tipo de interés del FLA, situado al 1% en estos momentos, tendría margen de rebaja hasta el 0,6% o 0,5%, según el criterio de la Generalitat, y así se ha trasladado al Ministerio de Hacienda. En la Generalitat confían incluso en que a medio plazo pueda aplicarse una quita a la deuda, aunque ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, descartó cualquier quita y apostilló que tendría «mala venta» de cara a la opinión pública.

La aplicación de las medidas de reducción de la carga financiera, al suprimir la comisión de intermediación por parte del Estado en los préstamos FLA, podría estar sujeta a nuevas condiciones y exigencias impuestas a la Generalitat. «No se da a cambio de nada, y menos aún Montoro», apuntó ayer el portavoz de Economía del PSPV, Julián López.

El departamento que dirige Montoro también llevará al Consejo de Política Fiscal y Financiera de la semana que viene lo que se ha denominado un FLA social, para que las comunidades paguen lo que adeudan a los ayuntamientos, así como medidas para contener el gasto sanitario, como el techo del gasto farmacéutico, que no crezca por encima del PIB.