Se empieza a probar en pacientes la primera inmunoterapia 'made in Spain'

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Martes, 21 de febrero de 2017

EL MUNDO

El fármaco se sintetizó en el CNIO y ha sido desarrollado por una biotecnológica española

La investigación, aún preliminar, estudiará la seguridad y la dosis adecuada del fármaco

Dos hospitales, el General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y la Clínica Universidad de Navarra, han iniciado un ensayo clínico en fase I para probar la primera inmunoterapia desarrollada íntegramente el España.

El fármaco anticancerígeno, denominado BO-112, ha comenzado a administrarse a cinco personas, pero el análisis pretende ampliarse a hasta 36 pacientes afectados por tumores sólidos de mal pronóstico.

El objetivo del estudio, aún preliminar, es conocer el perfil de seguridad y profundizar en el mecanismo de acción del medicamento, que, como explica Iván Márquez Rodas, codirector del trabajo y oncólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, "se ha desarrollado íntegramente en España".

A partir de una investigación realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), la terapia se licenció a una spin-off biotecnológica española, Bioncontch, para su impulso. Los ensayos preclínicos y, esta primera fase de investigación en pacientes, también se realizarán en nuestro país.

Pese a que los estudios de seguridad son la diana fundamental del trabajo, explica Márquez Rodas, la investigación también quiere determinar si el fármaco es capaz de activar la respuesta inmunitaria para que haga frente al tumor, tal y como ha demostrado en estudios en animales; y conocer si existe un perfil de pacientes con una mejor respuesta a su acción.

Según apunta Ignacio Melero, codirector del servicio de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra y corresponsable del trabajo, BO-112 "imita algunos componentes moleculares presentes en los virus" de modo que, cuando el sistema inmune se encuentra esta molécula en un tejido "piensa que está ante una infección viral" y activa algunas respuestas, como la acción de los linfocitos citotóxicos, que en última instancia conducen a la destrucción del tejido maligno. Además, la terapia, que se administra a través de una inyección en el interior de la lesión tumoral, es capaz de favorecer un mecanismo de memoria en el sistema inmune para que sea capaz de reconocer e iniciar una respuesta frente a tumores no tratados directamente.

"El mecanismos que perseguimos es convertir a la lesión tumoral donde se realiza la inyección en una especie de vacuna que inmunice frente al resto de la enfermedad", aclara Melero, quien hace hincapié en la "idea novedosa" que supone la administración de la inmunoterapia de forma directa en el interior de las lesiones tumorales.

Debido a esto, los pacientes que están reclutando los investigadores para el análisis han de presentar neoplasias accesibles para que la inyección sea lo más sencilla posible. Sobre todo, están eligiendo pacientes con ganglios linfáticos afectados o metástasis cutáneas (muchos de ellos con cáncer de mama o melanoma), aunque no se descartan otros tipos de tumores.

"Esperamos poder presentar los primeros resultados en el Congreso de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra en julio", señala Márquez Rodas.

Ambos investigadores indican que se espera que el fármaco "se use principalmente en combinación" con otras inmunoterapias ya aprobadas. "Es lo habitual en el tratamiento con inmunoterápicos y, en ensayos preclínicos, hemos observado efectos sinérgicos de las terapias cuando se emplean en combinación", indica Melero, quien confía en que el medicamento pueda ser una realizad en un plazo de tres o cuatro años.

"El hecho de que los datos preliminares de seguridad sean buenos y también se haya demostrado el potencial del compuesto en régimen de combinación hace esperar resultados prometedores", concluye.